Cuando estaba en la universidad, estudiaba mis apuntes con marcadores de colores en la mano. Usaba el amarillo para la primera lectura. El verde en la segunda. Rosa y otros para las siguientes. Además de los resúmenes en papeles pequeñitos.
Mis compañeros de clase se burlaban y me decían “porqué no sólo sumerges tu cuaderno en la pintura” Mis cuadernos eran verdaderos arcoíris.
En mi vida laboral, mi libreta de notas/agenda se convirtió en una extremidad más. Éramos inseparables. Todos mis asuntos estaban registrados allí. Por supuesto con tapa dura, para poder escribir de pie en cualquier sitio. Jamás perdí ninguno de mis cuadernos.
Luego, vino la app de notas del celular que se sincronizaba con el computador.
Cuando pude dedicarme exclusivamente a mi negocio Wool Crafts, mi oficina y mi taller eran uno solo. Y estaba todo en mi casa, así que podía poner recordatorios laborales y personales a la vista, bien visibles. Por si acaso.
Nunca he confiado mucho en mi memoria. Cuando estoy full concentrada en algún proyecto, no pierdo de vista nada (¿híper foco?) Pero en cuanto paso al siguiente, ya comienza a difuminarse lo anterior.
Por eso registro. Y registro y registro.
Y luego, cuando lo reviso, ¡pucha que se siente bien!
Durante el primer año de este viaje completé 4 cuadernos tamaño A4 con mis registros escritos a mano con mi pluma fuente light pink. Aunque en los últimos meses, este valioso registro ha sido víctima de mi rutina de falta de rutina (como lo expliqué en mi anterior post) y se encuentra estancado. Pero con calma y buena letra (todo a su debido tiempo) lo retomaré.
Pero evidentemente, ese registro es bastante más personal que el registro audiovisual que subo cada semana a mi canal de youtube, el que se enfoca principalmente en los lugares interesantes y asombrosos que visitamos, con el propósito de inspirar a otros/as a que se lancen a la aventura de cumplir sus sueños, sean estos viajar o cualquier otro.
Mi obsesión por los registros me ha traído muchísimas satisfacciones. En lo personal y en lo laboral. Y se ha convertido en una inagotable fuente de insumos para potenciar mi creatividad.
Por esto, quiero compartir contigo un maravilloso ejercicio que realicé a fines del 2022, justo antes de iniciar este viaje, basado en la recopilación de registros de imágenes y textos de mi tránsito desde mi vida como periodista a la de creadora textil y los viajes que me inspiraron. Y la posterior compilación en una bitácora.
Cada vez que me siento un poco a ciegas, vuelvo a repasar sus páginas. Y cada vez que lo hago se disparan en mi cabeza nuevas ideas, que a la vez gatillan otras. Es realmente fascinante.
Funciona como una máquina de ideas. ¡Y es handmade!
Si te sientes estancad@ en tu práctica creativa, espero que mi experiencia pueda ayudarte. Y si decides crear tu propia bitácora, por favor ¡házmelo saber!
Acá te dejo el video de la bitácora, página por página:
Un abrazo,